Doctrina del Señor transmitida a las naciones por los Doce Apóstoles.
- Primera Parte: Los Dos caminos.
- Capítulo 1: El Camino de la Vida y el Primer Mandamiento de esta Doctrina.
- Capítulo 2: El Segundo Mandamiento de esta Doctrina.
- Capítulo 3: El Empeoramiento Progresivo del Pecado.
- Capítulo 4: Amonestaciones Varias.
- Capítulo 5: El Camino de la Muerte.
- Capítulo 6: Contra los Falsos Maestros y la Comida Ofrecida a los Ídolos.
- Segunda Parte: De la Liturgia y de la Disciplina.
- Capítulo 7: Sobre El Bautismo.
- Capítulo 8: Sobre el Ayuno y la Oración.
- Capitulo 9: Sobre la Eucaristía.
- Capitulo 10: Oración después de la Comunión.
- Capitulo 11: Sobre los Apóstoles, Maestros y Profetas.
- Capitulo 12: Hospitalidad con los Cristianos.
- Capitulo 13: Apoyo a los Profetas.
- Capitulo 14: La Misa del Domingo.
- Capitulo 15: Obispos, Diáconos y Amonestación Cristiana.
- Capitulo 16: Estemos Vigilantes.
- Notas.
Primera Parte: Los Dos caminos.
Capítulo 1: El Camino de la Vida y el Primer Mandamiento de esta Doctrina.
1:1 Existen dos caminos muy diferentes entre sí: el de la vida y el de la muerte.
1:2 ** He aquí el Camino de la Vida: en primer lugar, amarás a Dios, que te ha creado; y en segundo lugar, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y todo lo que no quieras que se te haga a ti, tú tampoco lo hagas a otro.
1:3 ** He aquí la doctrina contenida en estas palabras: Bendecid a los que os maldicen, rogad por vuestros enemigos, ayunad por los que os persiguen. ¿Qué mérito hay en amar a los que os aman? Lo mismo hacen los paganos. Al contrario, amad a los que os odian, y no tendréis ya enemigos.
1:4 Absteneos de los deseos carnales y mundanos. Si alguien te abofeteare en la mejilla derecha, ofrécele también la izquierda, y entonces serás perfecto. Si alguien te pidiere que le acompañes una milla, ve con él dos. Si alguien te quita tu capa, dale también tu túnica. Si alguno tomare lo que es tuyo, no puedes reclamárselo.
1:5 Da a todo el que te pida, sin reclamárselo, porque el Padre quiere que sus dádivas se compartan con todos. Bienaventurado el que da conforme a este mandamiento; el tal será inocente. ¡Pero ay del que tome! Porque si alguno toma por necesidad, está libre de culpa; pero aquel que tome sin tener necesidad, dará cuenta de la limosna que tomó y para qué la usó. Le tomarán preso y le interrogarán de lo que hizo; y no saldrá de allí hasta que haya pagado el último céntimo.
1:6 De esto también fue dicho: «Antes de dar limosna, déjala sudar en las manos, hasta que sepas a quién la das».
Capítulo 2: El Segundo Mandamiento de esta Doctrina.
2:1 He aquí el segundo mandamiento de la Doctrina:
2:2 No matarás; no fornicarás; no corromperás a los niños; no robarás; no te entregarás a los rituales la magia, ni a las pociones de la brujería; no cometerás aborto ni infanticidio.
2:3 No desearás los bienes de tu prójimo, ni perjurarás, ni darás falso testimonio; no calumniarás ni guardarás rencor.
2:4 No tendrás doblez, ni en tus palabras, ni en tu corazón, porque la doblez es un lazo de muerte.
2:5 Que tu palabra no sea vacía ni mentirosa, sino cumplida y llena de obra. No serás avaro, ni saqueador, ni hipócrita, ni iracundo, ni engreído. No conspirarás contra tu prójimo.
2:6 No odiarás a nadie, sino que: reprenderás a algunos, con compasión rezarás por otros, y a otros los amarás más que a tu propia vida.
Capítulo 3: El Empeoramiento Progresivo del Pecado.
3:1 Hijo mío, aléjate del mal y de todo lo que se le asemeje.
3:2 No te dejes arrastrar por la ira, pues la ira lleva al homicidio; tampoco seas celoso, ni combativo, ni irascible; porque de todas estas pasiones nace el homicidio.
3:3 Hijo mío, no te dejes provocar por la lujuria, pues la lujuria lleva a la fornicación; también evita las palabras y miradas lascivas; porque de todas estas cosas nace la fornicación.
3:4 Hijo mío, no te hagas agorero, ni hechicero, ni astrólogo, ni des siquiera tu atención a estas cosas, porque de todo esto nace la idolatría.
3:5 Hijo mío, no seas mentiroso, pues la mentira lleva al hurto; tampoco ames el dinero ni la vanagloria; porque de todas estas cosas nace el robo.
3:6 Hijo mío, no seas murmurador, pues eso lleva a la calumnia; tampoco seas altanero ni malintencionado, porque de todas estas cosas nace la blasfemia.
3:7 Por el contrario, sé manso, porque los mansos heredarán la tierra.
3:8 Sé paciente y misericordioso, sin malicia, pacífico y bueno, y siempre temeroso de la Palabra que has escuchado.
3:9 No te ensalces a ti mismo, ni hinches con arrogancia tu alma. Que tu alma no se junte con los soberbios, sino con los justos y humildes.
3:10 Acepta como buena toda prueba que tengas que sufrir, sabiendo que nada sucede sin Dios.
Capítulo 4: Amonestaciones Varias.
4:1 Hijo mío, acuérdate día y noche del que te enseña la Palabra de Dios, y hónralo como al Señor; porque donde habla la autoridad del Señor, allí está el Señor mismo.
4:2 Busca cada día la compañía de los santos para descansar en sus palabras.
4:3 No desees el cisma, sino pacifica a los que contienden. Juzga con justicia; cuando reprendas a tus hermanos a causa de sus faltas, no hagas acepción de personas.
4:4 No fluctúes entre el sí y el no.
4:5 ** No seas como quien extiende las manos para recibir, y las cierra para no dar.
4:6 De todo lo que poseas, darás limosna para el perdón de tus pecados.
4:7 No tardes en dar, ni des con pesar; porque sabes quién es el que te recompensa con sueldo bueno.
4:8 No huyas del menesteroso, sino que compartirás todos tus bienes con tu hermano; no dirás de ninguna cosa: «Esto es mío»; porque si comparten lo que es inmortal, ¿cuánto más no compartirán lo perecedero?
4:9 No quites tu mano de tu hijo o de tu hija; sino que desde la juventud les enseñarás el temor de Dios.
4:10 No mandes con aspereza a tu siervo o a tu sierva, que espera en el mismo Dios; no sea que deje de respetar a Dios, que está por encima de ambos. Porque el Señor no viene a llamar haciendo acepción de personas, sino a todos los que el Espíritu ha preparado.
4:11 En cuanto a vosotros, siervos, someteos a vuestros amos con temor y humildad, como si fueran la imagen de Dios.
4:12 Aborrecerás toda hipocresía y todo lo que desagrade al Señor.
4:13 No descuides los mandamientos del Señor, sino guarda cuanto has recibido, sin añadir ni quitar.
4:14 ** Confesarás tus pecados en la iglesia, y no te acercarás a orar con mala conciencia. Tal es el Camino de la Vida.
Capítulo 5: El Camino de la Muerte.
5:1 El camino de la muerte, lleno de maldad y maldición, es este: el homicidio, el adulterio, la lujuria, la fornicación, el robo, la idolatría, los rituales mágicos, las pociones de la brujería, el saqueo, el falso testimonio, la hipocresía, la doblez de corazón, el engaño, la soberbia, la malicia, la terquedad, la avaricia, el lenguaje obsceno, la envidia, la insolencia, la altanería, la ostentación.
5:2 Esa es la senda en la que andan los que persiguen a los buenos, los enemigos de la verdad, los amadores de la mentira, los que desconocen la recompensa de la justicia, los que no se apegan al bien, ni al justo juicio, los que se desvelan por hacer el mal y no el bien, los vanidosos, los que están alejados de la mansedumbre y la paciencia, los que buscan su retribución sin tener compasión del pobre, los que son indiferentes ante los afligidos, los que desconocen a Aquel que los hizo, los asesinos de niños, los corruptores de la criatura de Dios, los que abandonan al necesitado, los que oprimen al afligido, los defensores del rico, los jueces inicuos de los pobres, los absolutos pecadores. Hijos míos, ¡escapad de toda esa gente!
Capítulo 6: Contra los Falsos Maestros y la Comida Ofrecida a los Ídolos.
6:1 Mira que nadie te desvíe del camino de esta Doctrina cuando te enseñen cosas sin miras a Dios.
6:2 Porque si eres capaz de llevar todo el yugo del Señor, serás perfecto; si no, haz lo que puedas.
6:3 Y en cuanto a la comida, sé moderado, y no comas lo sacrificado a los ídolos, porque hacerlo es dar culto a dioses muertos.
Segunda Parte: De la Liturgia y de la Disciplina.
Capítulo 7: Sobre El Bautismo.
7:1 ** En cuanto al bautismo, hay que bautizar así: Después de haber enseñado los anteriores preceptos, bautizad en agua viva, en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
7:2 ** Si no pudiere ser en agua viva, bautiza en otra agua, y si no pudieres en agua fría, bautiza en agua caliente.
7:3 Pero si no tienes agua viva ni de otra (para sumergir), vierte agua sobre la cabeza tres veces, en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
7:4 Antes del bautismo, el que bautiza y el que ha de ser bautizado deben ayunar, y también otros que puedan hacerlo. Manda a ayunar al bautizando uno o dos días antes.
Capítulo 8: Sobre el Ayuno y la Oración.
8:1 ** Que vuestro ayuno no sea con los hipócritas, que ayunan lunes y jueves. Vosotros, en cambio, ayunad miércoles y viernes.
8:2 ** Tampoco recéis como los hipócritas, sino como el Señor lo mandó en su Evangelio. Vosotros rezaréis así:
«Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Porque tuyo es el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amén».
8:3 ** Rezad así tres veces al día.
Capitulo 9: Sobre la Eucaristía.
9:1 ** En cuanto a la Eucaristía, dad las gracias así:
9:2 Primero, al tomar el cáliz, decid:
«Te damos gracias, Padre nuestro, por la sagrada vid de tu siervo David, la cual nos diste a conocer a través de Tu Hijo y Siervo Jesús. A Ti sea la gloria por los siglos de los siglos».
9:3 Y después de partir el pan, decid:
«Te damos gracias, Padre nuestro, por la vida y el conocimiento que nos revelaste a través de Tu Hijo y Siervo Jesús. A Ti sea la gloria por los siglos de los siglos. Así como este pan que partimos estaba esparcido por los montes, y fue reunido para hacerse uno, así sea reunida Tu Iglesia desde los confines de la tierra en Tu Reino, porque tuya es la gloria y el poder a través de Jesucristo por los siglos de los siglos».
9:4 ** Pero que nadie coma ni beba de vuestra Eucaristía, sino únicamente los que estén bautizados en el Nombre del Señor, porque también sobre esto dijo el Señor: «No deis lo santo a los perros».
Capitulo 10: Oración después de la Comunión.
10:1 Cuando estéis saciados, dad gracias de esta manera:
10:2 «Te damos gracias, Padre Santo, por Tu Santo Nombre, que hiciste morar en nuestros corazones, y por el conocimiento, la fe y la inmortalidad que nos revelaste a través de Tu Hijo y Siervo Jesús. A Ti sea la gloria por los siglos de los siglos.
10:3 Tú, Señor Todopoderoso, creaste todo por la gloria de Tu Nombre, y diste comida y bebida a los hombres para su disfrute, para que pudieran darte gracias a Ti. Y a nosotros nos diste gratuitamente comida y bebida espiritual y vida eterna a través de Tu Hijo y Siervo.
10:4 Ante todo, te damos gracias por tu poder. A Ti sea la gloria por los siglos de los siglos.
10:5 Acuérdate, Señor, de tu Iglesia para librarla de todo mal y perfeccionarla en Tu amor; reúnela desde los cuatro vientos, santificada, en Tu Reino, el cual has preparado para ella; porque Tuyo es el poder y la gloria por los siglos de los siglos».
10:6 ** Venga tu gracia, y pase este mundo. ¡Hosanna al Dios de David! Si uno es santo, que se acerque; si no lo es, que haga penitencia. ¡Maranathá, amén!
10:7 Permitid que los profetas hagan Acción de Gracias tantas veces como lo deseen.
Capitulo 11: Sobre los Apóstoles, Maestros y Profetas.
11:1 Si alguien viniere a vosotros enseñándoos todo lo dicho anteriormente, a ese acogedle.
11:2 Sin embargo, si ese mismo maestro se pervirtiere y enseñare otra doctrina para crear cisma, no le escuchéis; pero si enseña para aumentar la justicia, y el conocimiento del Señor, acogedle como al Señor.
11:3 ** En cuanto a los apóstoles y profetas, proceded así, conforme al Evangelio:
11:4 Todo apóstol que llegue a vosotros ha de ser recibido como el Señor.
11:5 Pero no se quedará por más de un día, o dos, si hace falta; si se queda tres días, es un falso profeta.
11:6 Al partir, el apóstol no aceptará nada sino pan para sustentarse hasta llegar a otro hospedaje. Si pidiere dinero, es un falso profeta.
11:7 ** Mientras un profeta hable inspirado por espíritu, no le pondréis a prueba ni le juzgaréis, porque todo pecado se perdona, menos ese.
11:8 ** Pero no todo el que habla inspirado por espíritu es profeta, sino solo el que vive como el Señor. Por el modo de vida se distinguirá el verdadero profeta del falso.
11:9 El profeta que, hablando por inspiración de espíritu, manda poner una mesa, no come de ella, a menos que sea un falso profeta.
11:10 El profeta que enseñare la verdad, pero no hiciere lo que enseña, es un falso profeta.
11:11 El profeta, probado verdadero, que trabaja en el misterio de la Iglesia Universal, pero no enseña a otros a hacer lo que él hace, no ha de ser juzgado por vosotros; su juicio corresponde a Dios, porque lo mismo hicieron los antiguos profetas.
11:12 Y si alguien, hablando por inspiración de espíritu, os pidiere dinero u otra cosa, no lo escuchéis; pero si os dice que deis para otros necesitados, que nadie lo juzgue.
Capitulo 12: Hospitalidad con los Cristianos.
12:1 A todo el que llegue en el Nombre del Señor, acogedle, y probadle después para conocerle, pues tenéis criterio para discernir entre la derecha y la izquierda.
12:2 Si es un viajero que llega de paso, ayudadlo en lo que podáis; pero que no se quede entre vosotros más de dos días, o tres, si es necesario.
12:3 Mas si quisiere permanecer entre vosotros, y tiene un oficio, que trabaje para comer;
12:4 Y si no sabe ningún oficio, haced según vuestro criterio para que el cristiano no viva ocioso.
12:5 Y si no quisiere aceptar eso, es un traficante de Cristo. ¡Guardaos de tales personas!
Capitulo 13: Apoyo a los Profetas.
13:1 El verdadero profeta que quisiere fijar su residencia entre vosotros, es digno de su sustento.
13:2 Así también un verdadero maestro, igual que el obrero, es digno de su sustento.
13:3 ** Tomarás las primicias del lagar, del campo, de los bueyes y de las ovejas, para darlas a los profetas, porque ellos son vuestros sumos sacerdotes.
13:4 Y si no tuviereis profeta, dadlo a los pobres.
13:5 Cuando prepares pan, tomarás la primicia y la darás conforme a este mandamiento.
13:6 Asimismo, cuando abráis una tinaja de vino o aceite, tomarás la primicia y la darás a los profetas.
13:7 En cuanto a tu dinero, tus bienes y tus vestidos, tomarás primicias según te parezca, y las darás conforme a este mandamiento.
Capitulo 14: La Misa del Domingo.
14:1 Reuníos cada domingo, que es el día del Señor, para celebrar la Eucaristía partiendo el pan y dando gracias, después de haber confesado vuestros pecados, para que vuestro sacrificio sea puro.
14:2 ** Pero que no participen los hermanos que estén en contienda, hasta que se reconcilien, para que vuestro sacrificio no sea profanado.
14:3 ** Porque esto dijo El Señor: «En todo lugar y tiempo me ofreceréis un sacrificio puro, porque soy El Gran Rey, y Mi Nombre es alabado entre las naciones».
Capitulo 15: Obispos, Diáconos y Amonestación Cristiana.
15:1 Elegíos, pues, obispos y diáconos dignos del Señor: varones mansos, que no amen el dinero, veraces y probados; porque ellos también desempeñan para vosotros el ministerio litúrgico de los profetas y maestros.
15:2 No los menospreciéis, porque merecen de vosotros el mismo respeto que los profetas y maestros.
15:3 Amonestaos unos a otros, no con ira, sino en paz, según el Evangelio. Y si alguno tratare a otro injustamente, que nadie le hable ni lo escuche, hasta que se arrepienta.
15:4 Haced vuestras oraciones, limosnas y todas vuestras obras según lo tenéis en el Evangelio de Nuestro Señor.
Capitulo 16: Estemos Vigilantes.
16:1 ¡Velad por vuestra vida! Que vuestras lámparas no se apaguen, que estén ceñidos vuestros lomos. Estad alerta, porque no sabéis la hora en que El Señor ha de venir.
16:2 Reuníos a menudo para buscar lo que sea de provecho para vuestras almas, porque de nada os aprovechará todo el tiempo de vuestra fe, si no fuereis hallados perfectos el último día.
16:3 Porque en los últimos días se multiplicarán los falsos profetas y los corruptores, y las ovejas se convertirán en lobos, y el amor se convertirá en odio.
16:4 Habiendo aumentado la iniquidad, unos a otros se odiarán, se perseguirán y se traicionarán; y entonces aparecerá el Engañador del mundo diciéndose Hijo de Dios, y hará señales y prodigios. La tierra será entregada en sus manos, y cometerá iniquidades como jamás se han visto desde el principio.
16:5 ** Entonces la obra de cada uno será probada por el fuego, y muchos serán escandalizados y perecerán, pero los que perseveren en La Fé, serán salvados por este Depósito.
16:6 Y entonces aparecerán las señales de la verdad: Primero, la señal de la apertura del cielo, despues la señal del sonido de trompeta, y finalmente, la resurrección de los muertos.
16:7 ** Pero no de todos, sino según fue dicho: «Vendrá el Señor, y con Él todos los santos».
16:8 ** Entonces el mundo verá al Señor viniendo sobre las nubes del Cielo.
Notas.
1:2 Antes de ser conocidos como «cristianos» (Hechos 11:26), la fe de los seguidores de Jesús se llamaba simplemente «El Camino» (Hechos 9:2, cp. Hechos 19:9, 19:23, 22:4, 24:14 y 24:22), y los judíos conocían a «los del Camino» como «la secta de los nazarenos» (Hechos 24:5).
«Amar a Dios sobre todas las cosas, y a tu prójimo como a ti mismo» es «El Doble Mandamiento del Amor» (cp. Mateo 22:34-40 y Marcos 12:28-31).
Lo que aparece al final de este versículo es «La Regla de Plata»: «No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti» (cp. Tobías 4:15). Pero en los Evangelios, Jesús nos dará «La Regla de Oro»: «Haz a otros lo que quieras que te hagan a ti» (cp. Mateo 7:12 y Lucas 6:31).
1:3 Compárese este y los siguentes 2 versículos con Mateo 5:38-48 y Lucas 6:27-36.
4:5 Cp. Eclesiástico 4:31.
4:14 Este versículo se explica en todo el Capítulo 14.
7:1 «Agua viva» significa «agua dulce, pura y fluyente», como la de un río o manantial.
7:2 «Otra agua» sería, por ejemplo: agua salada (como la del mar) o estancada (como la de una pila).
8:1 En esta obra, como en Mateo 6, «los hipócritas» son el Israel según la carne que rechazó a Jesús como su Señor y Mesías, a quienes el Apóstol Juan llama simplemente «los judíos».
8:2 Cp. Mateo 6:5-15.
8:3 Aquí, como en Lucas 11:2, queda claro que el Padrenuestro no era solo un modelo.
9:1 «Eucaristía» es una transliteración del griego «εὐχαριστία», que significa «acción de gracias», y se llama así porque Jesús la instituyó dando gracias al Padre (Mateo 26:26-28, Marcos 14:22-24, Lucas 22:17-19).
9:4 Cp. Mateo 7:6.
10:6 «Hosanna» es la transliteración de una expresión hebrea que significa «sálvanos ya». El Domingo de Ramos, cuando Jesús entra en Jerusalén, la multitud lo recibe tendiendo ramas en su camino, y aclamando: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!» (Mateo 21:8-9), y unos muchachos lo aclaman en el Templo (Mateo 21:15). Todo eso da cumplimiento al Salmo 118:25-27:
25 ¡Danos, oh Señor, la salvación; danos, oh Señor, la victoria!
26 ¡Bendito el que viene en el Nombre del Señor! Desde la casa del Señor os bendecimos.
27 El Señor es Dios, Él nos ilumina. Formen la procesión con ramos en la mano hasta los cuernos del altar.
El cumplimiento de esa profecía se oscurece un poco en algunas traducciones bíblicas, en las que el versículo 27 no dice nada de ramos. Por ejemplo, en la Reina-Valera 1960 dice:
27 Jehová es Dios, y nos ha dado luz; atad víctimas con cuerdas a los cuernos del altar.
«Maranathá» es la transliteración de una expresión aramea que puede significar diferentes cosas dependiendo de cómo se separe: «Marán athá» significa «Nuestro Señor viene», y «Marana tha» significa «Ven, Señor Nuestro». Cp. Apocalipsis 22:20.
«Amén» es una palabra hebrea que significa «verdad», «ciertamente» o «así sea». Cp. Apocalipsis 3:14, donde Jesús es llamado «El Amén», es decir: «La Verdad».
11:3 «Apóstol» viene del griego «ἀπόστολος», y significa «enviado», y en este caso, no se refiere solo a uno de los doce, sino a cualquier misionero.
Profeta es el que habla por inspiración del Espíritu Santo, lo cual abarca no solo al que advierte sobre el futuro o revela lo oculto, sino también al predicador que edifica, exhorta y consuela (1 Corintios 14:3).
11:7 El pecado imperdonable es la blasfemia contra el Espíritu Santo, que es la mala disposición del corazón que nos lleva a negarlo y a estorbarlo de forma pública, deliberada y obstinada, sin querer reconocer nuestro error, lo cual nos impide arrepentirnos, y por eso es imperdonable (Mateo 12:22-37 y Marcos 3:20-30. Cp. 2 Timoteo 4:14-16, donde Pablo pide a Dios que perdone a los que lo abandonaron pero no al que estorbó su apostolado).
Este versículo manda que no se juzgue ni se ponga a prueba a un profeta mientras esté hablando inspirado por espíritu, pues podríamos llegar a estorbar al Espíritu Santo, blasfemando así contra Él. Por eso, en vez de confrontar públicamente al profeta mientras habla inspirado, los siguientes versículos mandan observar cuidadosamente lo que enseña y cómo vive, para distinguir si es verdadero o falso profeta.
11:8 Recordemos 2 cosas:
- No todo espíritu es de Dios. Por eso hay que examinarlos (1 Juan 4:1), y por eso existe el carisma de discernimiento de espíritus (1 Corintios 12:10).
- Uno puede tener carisma de profecía, y no ser dócil a la voluntad del Espíritu Santo. En ese caso, lo que el Espíritu inspire saldrá mezclado con la concupiscencia y los errores del profeta. Así se explica que este hable por el Espíritu Santo cuando confiesa que Jesús es El Señor (1 Corintios 12:3), y cuando cumple su función de edificar, exhortar y consolar (1 Corintios 14:3), aunque luego quiera valerse de su carisma para beneficio personal. Por eso Pablo nos exhorta a examinarlo todo y quedarnos con lo bueno (1 Tesalonicenses 5:19-21).
13:3 Cp. Números 18:12-13, Deuteronomio 18:3-4, y Ezequiel 44:30.
14:2 Cp. Mateo 5:23-24.
14:3 Esta cita es una paráfrasis de Malaquías 1:11.
16:5 Sobre la «prueba de fuego», cp. 1 Corintios 3:11-17; y sobre el «Depósito de la Fé», véase 1 Timoteo 6:20 y 2 Timoteo 1:12-14.
16:7 Esta cita es una paráfrasis de Zacarías 14:5. Cp. Judas 14-15.
16:8 Esta cita es de Daniel 7:13, y se repite en Mateo 26:64 y Marcos 14:62.